Porque nos gusta lo natural, ¿a qué si? Por eso, cada vez
son más los papás que solicitan una sesión de exteriores para los reportajes de
niños, especialmente de comunión. El efecto de la luz natural en las caritas de los niños es inmensamente más bonito que el que deja el mejor foco del mundo. Eso sí, el manejo de los parámetros de la cámara se complica un poco peeero, merece la pena!
No os
voy a negar que cada vez que toca “salir” me paso días dándoles vueltas al coco
respecto al mejor lugar en el que llevar a cabo la sesión. Hay muchas cosas en las
que pensar antes de dar con el enclave perfecto; la estación del año, la hora
del día, los colores que predominan en la vegetación, ausencia de curiosos J, en fin, que no es
llegar y besar el santo pero un día, dando vueltas con el coche… o con el perro,
voilâ! ahí está, delante de tus narices!
Qué, te animas?