Este es mi particular homenaje a todos los buenos padres del
mundo, especialmente al de mi hijo y al mío propio. Hombres que han antepuesto
a sus deseos las necesidades de los suyos y en mejores y peores épocas han
sabido y saben dar la talla de sobra.
Todos los días, y especialmente hoy, un abrazo inmenso para todos los que están y un recuerdo igual
de grande para los que nos han dejado. Feliz día.